El amor

— ¿Y entonces?

 

— Dejar así, es lo mejor.

 

— ¿Cómo así?

 

— Si, yo no entiendo muchas cosas de eso que llaman amor, definirlo con palabras y tratados es fácil, pero conseguirlo y sentirlo es bastante más complicado.

 

— ¿Y las mujeres?

 

— Pues ese es el problema, que no las entiendo, y a veces yo las quiero, pero no tengo la seguridad de que alguna de ellas me quiera. El amor no es una cuestión de seguridad, es más de confianza, pero yo necesito de ambas.

 

— Complicado.

 

— Si, muy complicado.

 

— Pero igual, a alguna de de ellas ha querido más que a otras.

 

— Si, tal vez.

 

La verdad no se, creo que a todas las he amado por igual, las he amado mucho, muchísimo, pero yo no creo que ellas me hayan amado a mi.

 

Tal vez sólo me hago ilusiones fáciles y termino estrellado, no entiendo a las mujeres, no se bien que quieren, no entiendo como deben ser amadas o como desean ser amadas, y a veces siento que entre alguna de ellas y yo se rompe algo, desaparece la química, esas cosas que eran un vínculo se deshacen, se desvanecen y sólo quedamos dos personas que se conocen tal vez profundamente pero cuyos vínculos son algo externo a nosotros, como dos personas que son colegas en un trabajo o una empresa, posiblemente se conocen muy bien, pero no se aman. Y entonces ahí es cuando todo se va al carajo y me decepcionó y entonces creo que lo mejor es dejar así, quietas las cosas, sin romper más y sin herirnos más y quedar en paz ambos.

 

— No es muy sensato, lo mejor es decírselo a ellas.

 

— Yo se los he dicho, pero regresamos a lo mismo; es fácil poner todo esto en palabras, es bonito, suena bonito, encantador; pero sentirlo y vivirlo es más complicado, porque quedan cosas atoradas y a veces la única manera de decir las cosas es a gritos y con llanto y con impotencia, pero la impotencia no define nada y no ayuda en nada, porque la impotencia que yo siento es diferente a la que ellas sienten, no son comparables, nos se puede medir como medimos distancias y precios y minutos, no se puede medir, así que eso complica todo de nuevo.

 

— Entonces debe seguir buscando.

 

— Jajaja, en eso estoy, pero no es fácil.

 

Recuerda cuando jugábamos microfútbol en las noches allí cerca al humedal, que si nos estábamos un rato sentados los zancudos empezaban a rodearnos por montones y se daban un banquete con nosotros.

 

A veces cuando los sentía en las piernas o brazos pues me daba una palmada duro, y quedaba una manchita de sangre donde estaba el zancudo. Yo a veces empezaba a manotear tratando de matar algunos, pero entonces acercaba la mano y miraba y se escapaba el zancudo como si nada hubiera pasado y la mayoría de las veces no cogía ninguno.

 

Así me siento; la mayoría de las veces no entiendo a ninguna mujer, y cuando creo que voy entendiendo a alguna mujer y que tal vez la amo y ella me ama; luego de un rato parece que yo no apreté bien y ella termina yéndose y yo termino desistiendo por el bien de ambos.

 

— Jajaja, que difícil es eso.

 

— Si, el amor es una cosa difícil, parece que yo no encajo bien con él.

 

Es como que desde afuera lo puedo definir y entender y hablarlo y dar discursos y hacer libros y ganar un nobel. Pero desde adentro estoy perdido y confundido y me siento extraño, parece que no pertenezco allí y entonces terminó por frustrarme y luego por aburrirme y listo.

 

Y a veces la historia se repite, varias veces.

 

— Bueno, hace parte de la vida.

 

— Si, es cierto.

 

Pero a veces cuando lo pienso detenidamente, entonces creo que el amor es más un invento humano y que posiblemente no es fundamental, mejor dicho, hace parte de la vida, pero la vida puede seguir sin amor, es un accesorio.

 

Entonces el amor se aparece como una invención humana que crea unos vínculos invisibles pero tal vez innecesarios para todos, sólo como unos hilos que nos sujetan a otros para poder vivir en sociedad, y entonces parece que el amor no es tan necesario, porque para eso también existen otras cosas como las leyes de los hombres y la ética y la moral que también terminan siendo creaciones humanas, pero que al parecer generan muchas menos penas y frustración en las personas. Y parece que al contrarío del amor no tienen una contra parte dañina como es el odio; y entonces digo que podemos vivir perfectamente sin amor, pues resulta al final que este no es necesario.

 

No se, el amor es un cosa muy complicado, sea lo que sea.

 

— Si, es cierto.

 

— Yo creo que es lo que ha movido a la humanidad a través de la historia, sobre todo desde que nos volvimos seres racionales y sobrepusimos la razón a la biología.

 

— Posiblemente. Pero siga buscando.

 

— Jajaja, ya veremos.

 

 

 

Hasta la próxima

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